En el sector de la cocina, el pollo es sinónimo de versatilidad. No hay demasiados productos que se adapten a los numerosos métodos de preparación culinarios. ¡Pero el pollo, sí!
Puedes prepararlo al horno, a la plancha, freírlo en abundante aceite, cocinarlo a la plancha, en una cazuela, al vacío, al vapor, ahumarlo, guisarlo, curarlo...
Una de las mayores ventajas del pollo reside en su sabor neutro y natural. Ello te permite decidir qué sabores e intensidades encajan mejor con tus clientes y consumidores. Puedes innovar, añadirle picante y ajustar los sabores a tu gusto.
Te da una versatilidad extraordinaria en el proceso culinario para aquellos clientes y consumidores que te piden variedad.
El pollo es una alternativa sana comparada con muchos otros tipos de carne.
La razón es que el pollo contiene un equilibrio natural de grasas saturadas y no saturadas.
El pollo, además, presenta otras ventajas: un alto contenido proteico, la presencia de antioxidantes, de minerales y de prácticamente todas las vitaminas B.
- Cómo manipular el pollo en la cocina
1. Caliéntalo (75 grados)
2. Enfríalo (de 65 a 10 grados máximo 3 horas y luego mételo en la nevera a 5 grados máximo)
3. No propagues las bacterias (buena higiene de manos)